jueves, 17 de noviembre de 2011

Capitulo 18

— Quiero que nos vayamos a casa. Juntos.
Las lágrimas se derramaron de sus ojos hinchados, ardiendo despiadadamente. Era una mentira cruel. Él nunca había tenido una casa. Nunca tuvo amor.
Él tiró contra la cadena que lo ahogaba,  deseando durante un momento poder estar con Vanessa otra vez en sus sueños. Ese había sido el único tiempo en la eternidad que había conocido la felicidad. —Estoy condenado aquí, Ness. No tengo ningún poder. Nada para ofrecerte en absoluto. Debes irte. Si te quedas aquí demasiado tiempo, ellos no te dejarán marchar.
Nessa miró alrededor su fría, oscura prisión que apestaba y se deslizaba. Ella nunca había visto un lugar más inhospitalario. Su peor miedo había sido estar atrapada en esta cueva con el dragón.
Pero si era esto lo que costaba tener a Zac, entonces ella estaba dispuesta a hacerlo. —No voy a abandonarte otra vez.
Él levantó su cabeza y ella entendió que estaba intentando verla. —¿Qué dices?
—Estoy diciendo que si no puedes ir a casa conmigo, entonces me quedaré aquí contigo. Para siempre.
Zac quedó boquiabierto. —No sabes lo que estas haciendo —. La empujó con su garra. —¡Vete!
Ella no se movió. —No te abandonaré.
Él la tomó en sus brazos y sostuvo cerca. —Si realmente me amas, Nessa, no te quedarás. Yo nunca podría soportar saber que estas aquí por culpa mia. Por favor, mi amor, por favor vete y nunca mires atrás.
Nessa se sentó indecisa, sosteniendo su garra en su mano. ¿Cómo podía abandonarlo aquí, así, sabiendo que nadie más lo ayudaría, lo consolaría?
M'Ordant avanzó y la separó de Zac, luego la llevó a la entrada, donde él la hizo esperar.
Durante varios minutos, Zac no se movió en absoluto. Entonces él levantó su cabeza e intentó mirar alrededor.
—¿Ness? —preguntó tranquilamente. —¿Estás todavía aquí?
M'Ordant le hizo señas para que guardara silencio. —Ella se está yendo ahora.
Los labios de Zac temblaron por la tristeza. —¿La llevas a su casa?
—Sí.
—Gracias —. Él se tendió como si toda su fuerza lo hubiera abandonado.
—Dime —dijo M'Ordant. —¿Por qué no has querido que se quedara contigo?
—Tú no lo entenderías.
—¿Entender qué?
—Amor.
M'Ordant resopló. —¿Qué sabe un Skotos del amor?
—Absolutamente nada… —. Él suspiró. —Y todo. Yo no podía pedirle que se quedara aquí cuando sé cuanto la asusta este lugar.
—¿Pero tu querías que ella se quedara?
Zac cabeceó débilmente. —Más de lo que quiero mi libertad. Ahora, déjame, hermano.
Nessa limpió las lágrimas de su cara mientras miraba fijamente a M'Ordant. Ella le dirigió una mirada esperanzada.
—¿Puedo quedarme? —susurró para que Zac no la oyera.
Con cara impasible, M'Ordant sacudió su cabeza y la sacó del cuarto. —Eso no lo decido yo.
—¿Entonces quien?
Él se negó a contestar. —Tienes que marcharte.
—No lo abandonaré —dijo ella con voz firme. —Y nadie me hará hacerlo.
Ness averiguó que esas eran las famosas últimas palabras cuando se despertó otra vez en su oficina. Cuando se negocia con dioses griegos, la voluntad humana no valía mucho.
Lo peor de todo, era que no había absolutamente nada que ella pudiera hacer para ayudarlo. Nada.

—Zac.
Zac apretó sus dientes al oír la voz de Hypnos. Él metió la corona de Ness bajo una roca cercana para impedir que el dios la viera y se la quitara como había hecho con las fotos.
Esto era todo lo que Zac tenía de ella y él no podía soportar siquiera pensar en perderla.
Él se forzó a enderezarse y aclaró su garganta de la pena que lo ahogaba. —No me di cuenta que era tiempo para más castigo.
Hypnos resopló. —No puedo quebrarte, ¿verdad?
Él sintió al dios moviéndose a su alrededor.
—Tu sabes —dijo Hypnos con irritación, —que he intentado desde el alba de los tiempos hacer que me temieras. Y nunca lo has hecho. ¿Por qué es eso?
—No puedo sentir emociones, ¿recuerdas?
—No. Lo que eres, es irrespetuoso, irreverente, y sarcástico. Nunca has calzado con nosotros. Y lo que siempre me hacía ponerme más loco contigo era que tú nunca, siquiera lo has intentado.
Zac se rió débilmente. —Un Skotos malo hasta los huesos, imagínate eso.
—Bueno, ahí está tu problema. A diferencia de los demás, tú nunca lo fuiste. Yo nunca pude matar ese último diminuto trozo de bondad en ti. Ese último trozo que era capaz de honor. Capaz de sacrificio.
Zac frunció el ceño.
—M'Ordant me dijo que has hecho con Vanessa. Tanto en la Tierra como aquí. Por consiguiente, Hades me ha informado que él no puede mantenerte en Tartarus. Sólo las almas que son completamente incapaces de amar pueden quedarse aquí.
Una ardiente sensación comenzó en el cuerpo de Zac, y con cada latido del corazón que pasaba, él se sintió fortalecerse.
—Me parece, muchacho, que tienes una decisión que tomar.

2 comentarios:

  1. O_o Pobre Zac, quería que se quedara Nessa pero por el bien de ella no puede..
    :(
    y ahora que decisión va tomar?
    Siguela pronto... :D

    ResponderEliminar
  2. Oh bien!!
    parece ke por fin estaran juntos!!
    y zacky es muy bueno, ke le dijo a nessi ke se fuera porke le daba miedo ese sitio aunke el keria ke se kedara
    bueno me encanto el capi
    siguela prontito!
    bye!
    kisses!

    ResponderEliminar

Recuerda Que Con Tu Comentario,
Me Hace Querer Seguir Publicando ;)