jueves, 17 de mayo de 2012

Capitulo 11

A la semana de que se hubieran marchado, había hecho las maletas y se había ido a California con la esperanza de que eso le hiciera olvidar la agonía durante al menos unos días. Desgraciadamente, el director de Micronics, la empresa a la que le había vendido su proyecto, había insistido en llevarlo a hacer turismo. Allá donde fueron, desde el océano hasta Hollywood, todo lo que vio le hizo desear aún con más fuerza que Nessa y Emily estuvieran allí con él. Había llegado a sentir celos de los habitantes de Fielding, porque ahora eran ellos los que disfrutaban de la maravillosa presencia que le había alegrado la vida a él durante casi un mes.

Se recostó sobre el asiento de cuero del coche y sintió rabia. Echaba de menos su risa y su costumbre de discutir con él por todo y por nada. Hasta añoraba sus interrupciones cuando subía a verlo al despacho cada diez minutos. Y el recuerdo de ella sobre su escritorio...

Había sido incapaz de trabajar desde aquella noche y sin embargo seguía teniendo la esperanza de que pronto conseguiría quitársela de la cabeza, tenía que hacerlo. Quizá cuando la viera en solo unos minutos para agradecerle su maravillosa contribución al proyecto, a lo mejor entonces se daría cuenta de que el hechizo por fin había desaparecido.
No, en realidad sabía que eso era del todo imposible. De hecho, solo con aproximarse a la pastelería el corazón empezó a latirle con una aceleración inusitada. Lo primero que vio al bajarse del coche fue un cartel en el que se rogaba silencio porque hay un bebé durmiendo.
Dios, añoraba... todo lo relacionado con ellas. Abrió la puerta con sigilo y enseguida le llegó el delicioso aroma del chocolate y las frutas. Al otro lado del mostrador se encontraba la mujer más bella del mundo, con su pelo recogido, las mejillas sonrojadas y un delantal blanco. Estaba atendiendo a la vieja señora Boot.

—Con esto son dos dulces de caramelo, cuatro delicias de frambuesa, siete diamantes negros y una bomba de nata, ¿correcto?
—Sí, creo que Ed y yo tendremos suficiente hasta el lunes —respondió la mujer sonriente.
—¿Cuatro días? —respondió Nessa levantando la barbilla como si realmente estuviera calculando—. No sé, no sé —siguió bromeando mientras le ponía otras dos bombas de nata. —Estas son a cuenta de la casa.
—Gracias, querida —en ese momento la señora Boot se volvió hacia la puerta y vio a Zac—. No sabría decirte si es un ángel o un demonio —dijo con una risilla traviesa.
—A mí mismo me cuesta saberlo —respondió Zac al tiempo que se aproximaba al mostrador.

Los ojos de Nessa se llenaron de sorpresa. Seguramente se preguntaba qué estaba haciendo allí, y lo cierto era que en ese momento ni siquiera él lo recordaba. Lo único que quería hacer era estrecharla entre sus brazos y darle un beso en los labios.
La señora Boot miró a uno y a otro y, antes de salir por la puerta, le hizo a Zac un guiño exagerado.

—Que tengan un buen tarde.
Cuando la dama hubo salido, Nessa miró a Zac y le dijo con actitud muy profesional:
—¿En qué puedo servirle, caballero?
Pero él no se dejó engañar, era obvio que estaba enfadada en él y tenía todo el derecho del mundo. La última vez se había comportado como un verdadero cretino.
—Erase una vez un delicioso pastelito que una joven encantadora hizo para mí —comenzó a decir con dulzura—. ¿Te suena de algo esa historia?
—Vagamente —respondió ella con tranquilidad.
—¿Cuánto me costaría uno de esos pastelitos?
—No lo sé. Son bastante especiales.
—Eso no te lo voy a discutir —la miró sonriendo antes de decir—: ¿Y qué me dices de una cena?
—¿Qué? —ahora estaba a la defensiva.
—Que si quieres salir a cenar conmigo esta noche.
—Verás —era obvio que la pregunta la había puesto nerviosa—, creo que no me sentiría cómoda volviendo a tu...
—No, en mi casa no. Aquí, en la ciudad.
—No comprendo.
—Creo que deberíamos celebrarlo —comenzó a explicarle—. Al fin y al cabo tú eres el motivo por el que Micronics ha duplicado su oferta.
—¿Cómo que yo soy el motivo? —parecía que empezaban a iluminársele los ojos.
—Esas ideas que me diste eran magníficas. Quiero invitarte a cenar y agradecértelo corno debe ser.
—Ya entiendo —bajo la mirada—. Enhorabuena.

No parecía muy satisfecha; por un momento Zac dudó de si había cometido un error yendo a verla, pero entonces se miraron a los ojos y volvió a sentir la necesidad que le había hecho regresar de Los Ángeles con tanta urgencia.

—Te echo de menos, Nessa. Por favor —«no digas que no, por favor», le suplicó en silencio.

Ella se quedó mirándolo sin decir nada durante unos minutos que para él fueron toda una eternidad. Empezaba a sentirse un estúpido por haberle mostrado el alma, cuando ella se agachó y sacó algo de la cámara frigorífica que había bajo el mostrador.
Cuando se puso en pie estaba sonriendo y en su mano derecha había un pastelito de chocolate que le ofreció inmediatamente.
—¿Me recoges a las siete?

4 comentarios:

  1. Ya es un paso mas que da Efron...
    wiii en hora buena...
    ahora espero que les vaya super bien en la cena..
    el debe de abrirse mas a ella...
    siguela
    :D

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  2. aaaawwwww!!!
    ke bonito!
    bien efron!
    ya no eres tan idiota XD
    publica pronto!
    a ver como va esa cena! XD
    bye!
    kisses!

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  3. me encanto el capi, k romantico k zac la invito a cenar a nessa, u.u no entendi bn los capis, jajajajaja, pork yo pense k la beba es de zac jajajajaj pero m dijiste k "no" me obligaste k leera los primeros capis :O jajajajajaja m encanto linda siguela pronto ahh y espero k m aceptes :)

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  4. AAAAAAAAAAAAAAAAAW TE JURO QUE ME ESTABA MURIENDO DE UN ATAQUE DE TERNURA!!!!!!!!!!!!!!!!!! <3
    AWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW <3 ME TIENES EMBOBADA CON ESTA NOVE :)


    http://websoloparamispensamientos.blogspot.mx/
    Yo volvi a escribir otra nove pasate por ella aver si te gusta!! :D
    TE QUIERO Y SIGUELA PRONTO O MUEROOOOOOOOOOOO! D:

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