sábado, 26 de mayo de 2012

Capitulo 13

—Ya sé qué es lo que quieres y qué es lo que no quieres, Zachary Efron.Ahora, cállate y bésame.

El baño se quedó frío demasiado rápido.

Al salir de la bañera volvieron a empapar el suelo, sobre todo Nessa, que todavía llevaba puesta la ropa. Miró a Zac, tan fuerte y sexy que se moría de ganas de dar rienda suelta a todo el deseo contenido.
—Quiero verte —le dijo él mientras empezaba a despojarla del pantalón.
Era una maravilla porque no sentía ningún tipo de pudor al quedarse desnuda frente a él. De alguna manera, tenía la sensación de que sí se comportaba libre y desinhibidamente, él haría lo mismo.
—Eres tan hermosa —Zac bajó la cabeza hasta tener la boca a la altura de uno de sus pezones, que chupó para deleite de Nessa.
Después ella le hizo que la mirara. Llevaba quince años enamorada de ese hombre. Sabía perfectamente lo que quería y estaba dispuesta a conseguirlo, ya no le importaban las consecuencias.
De pronto la impaciencia se apoderó de ella.

—¿Quieres ir despacio?
—No —respondió él riéndose.
—Estupendo.
Entonces volvió a rugir, pero esa vez con frustración.
—No he traído protección.
Pero ella le agarró la mano y tiró de él.
—Sígueme —lo llevó hasta el dormitorio y fue directa a la cómoda de madera de cerezo, de donde sacó una cajita que le dio a él.
—¿Por qué tienes esto?
—Estaba en mi cajón de la esperanza. Tenía derecho a tener esperanzas, ¿no? —le preguntó con sonrisa inocente.
En la cara de Zac se dibujó una sonrisa peligrosa.
—¿Y qué era lo que esperabas exactamente?
—Tenía la esperanza de que algún día conseguiría meter a Zac Efron en mi cama.
Un segundo después Zac estaba a su lado mirándola fijamente como si pudiera verle el alma, pero entonces Nessa le mordisqueó el labio y ocurrió lo inevitable.
Y ninguno de los dos pudo contenerse por más tiempo.

Él la cubrió a besos mientras paseaba las manos por cada rincón de su cuerpo: las curvas de sus caderas y de sus pechos, los recovecos de la ingle... Quería entretenerse en cada centímetro de su piel, pero había algo dentro de él que se lo impedía.
Bajo su cuerpo ella se pegó a él todo lo que pudo, le gustaba sentir su excitación contra la humedad de sus partes más íntimas. Zac tuvo que luchar contra el impulso que sentía de meterse dentro de ella inmediatamente.

—No quiero hacerte daño, Nessa —le dijo con la respiración entrecortada.
Pero ella le rodeó la cintura con sus piernas y le dio un beso apasionado.
—No lo harás.
La pasión que había entre ellos luchaba por salir a toda costa. Zac se puso el preservativo por fin y entró dentro de ella lentamente. Nessa gimió encantada y le susurró al oído.

—Encajamos a la perfección.
Aquellas palabras no hicieron más que desatar lo que ya había empezado a liberarse. A partir de ahí, los movimientos de ambos se hicieron salvajes y acompasados. Las mentes en blanco, los cuerpos unidos y siguiendo una coreografía cada vez más rápida y fuerte hasta que, con gemidos y gritos de placer, los dos llegaron al clímax al unísono.

La luz del sol brillaba al otro lado de sus párpados cerrados. Durante un momento, Zac no supo dónde estaba, solo sabía que se sentía muy bien. Y entonces los acontecimientos de la noche anterior empezaron a hacerse hueco en su cabeza. Nunca había pasado toda la noche abrazado a una mujer después de hacer el amor y eso significaba algo. No quería decir que hubiera un compromiso entre ellos, pero desde luego sí algún tipo de relación.

Nessa y él tenían una relación. No estaba seguro qué clase de relación era, pero era una relación.
Sin embargo al apretarla contra sí y abrir los ojos, se dio cuenta de que lo que estaba abrazando era una almohada y que Nessa se había ido.
El despertador marcaba las ocho y quince minutos y en la casa no se oía ni un ruido. Claro, debía de estar en la pastelería.

Después de vestirse a toda prisa, salió de allí y bajó las escaleras desde las que provenía el ruido de los clientes, así que dedujo que Nessa debía de tener mucho trabajo. Quizá pudiera ayudarla cuidando de Emily hasta que cerrara la tienda. Eso sí, se quedaría en el apartamento, donde nadie lo viera y nadie se enterara de que había pasado allí la noche.

Pero se le arruinaron los planes en cuanto se abrieron las puertas que comunicaban con la escalera y al otro lado se encontró a Nessa, con la boca abierta de par en par, y detrás de ella a medio Fielding.

Aparte de sorpresa, en el rostro de Nessa no había la más mínima señal de vergüenza; simplemente lo miró con una sonrisa de oreja a oreja.
—Menos mal —dijo agarrándole de la mano—. Jamás había tenido tantos clientes.
La gente se había callado pero volvieron a hablar enseguida y era obvio de qué, o de quién. Pero si a Nessa no le importaba, a él tampoco. Era estupendo sentir que se sentía orgullosa de él.
Y él de ella. La veía moverse de un lado a otro y le parecía la mujer más bonita del mundo. Su indumentaria no era sexy, ni provocadora, pero él ya sabía perfectamente lo que se escondía debajo: una piel suave y deliciosa.
Un débil sonido captó su atención; era Emily, que se encontraba en su parquecito entretenida mirándose las manos y los pies. Volvió a mirar a Nessa, que estaba colocando pasteles en una bandeja.

—Tienes pinta de necesitar un descanso —le dijo en voz baja.
—Ahora mismo lo atiendo —le dijo a un cliente y, en menos de una décima de segundo, le había colocado a Zac un delantal y algo en la cabeza—. Lo que necesito eres tú.
—¿Qué quieres decir? —preguntó alarmado y sin dejar de mirarse el delantal.
—¿Alguna vez te he dicho que tienes unas manos mágicas?
—No, pero se sobreentendía —le dijo él susurrando—. A juzgar por los gemidos de placer...
Nessa le puso la mano en la boca para que no continuara.
—Como te iba diciendo, tienes unas manos mágicas, Zac.
—Y todo eso es para pedirme que...
—Atiende a los clientes, dales cambio, pon los pasteles en las bolsas...
—¿Algo más? —le preguntó en tono provocador.
—Sí, sé amable.
—Eso no sé si podré hacerlo, no tengo ninguna experiencia.
—Vamos, sé que aprendes rápido.
Y ella podría haberlo convencido para que hiciera cualquier cosa.
—Te odio.
—Te debo una —respondió ella sonriendo.
—Sí, señora, y pienso cobrármelo esta misma noche —y tirando de ella, le dio un sonoro beso en la boca.
—Seré tu fiel esclava.

Nessa se puso en marcha de inmediato, mientras que a Zac le costó un poco más enfrentarse a aquella pesadilla: una multitud pidiéndole pan y pasteles mientras trataban de ocultar la curiosidad que sentían.
Sorprendentemente, las horas pasaron a una velocidad de vértigo y lo cierto era que Zac llegó a disfrutar de lo que estaba haciendo. En los últimos quince años no había hecho otra cosa que crear programas informáticos y tenía que admitir que le resultaba interesante experimentar la vida del pequeño negocio. Aunque, en realidad, le gustaba sobre todo porque estaba cerca de Nessa. Cada vez que tenía que ir al almacén a buscar algo, ella lo seguía y se besaban apasionadamente aunque solo fuera un minuto. Eso sí, cuando regresaban todo el mundo los miraba sin dejar de sonreír. Y de nuevo, si a ella no le importaba, a él tampoco.

Cuando ella subió a dar de comer a Emily, él continuó atendiendo a los clientes sin ningún problema. Todos ellos lo trataron con extrema amabilidad, incluso un par de personas le preguntaron qué iban a hacer en Navidad y los invitaron a Nessa y a él a cenar en su casa. Por supuesto, de momento no estaba dispuesto a lanzarse de cabeza al agua, pero resultaba agradable que alguien le ofreciera algo así.

Cuando ella subió a dar de comer a Emily, él continuó atendiendo a los clientes sin ningún problema. Todos ellos lo trataron con extrema amabilidad, incluso un par de personas le preguntaron qué iban a hacer en Navidad y los invitaron a Nessa y a él a cenar en su casa. Por supuesto, de momento no estaba dispuesto a lanzarse de cabeza al agua, pero resultaba agradable que alguien le ofreciera algo así.

—Gracias, señor Efron, pero tengo a mi hijo aquí mismo —dijo la mujer señalando al muchacho que tenía detrás.
—Llámeme Zac —dijo él inconscientemente.
—Estupendo, yo soy Bev, y mi hijo Harold.
Madre de Dios, toda esa socialización era gracias al hechizo de Nessa.
—Encantado —dijo sonriendo y notando la mirada de Vanessa clavada en él.
—¿Te parece bastante amabilidad? —preguntó guiñándole un ojo.
—Eres el mejor.

Aaww ya Zac esta socializando*--*
espeRo que les haya gustado el capii!:D
A mi me encanto!xD
XoXo

2 comentarios:

  1. Owwww
    Zac esta cambiando por el hechizo de nessa hahah
    me ha encantado el capitulo..
    hermoso..
    que lindo que ya hayan dado ese paso..
    siguela amix, esta muy buena..
    ;)

    ResponderEliminar
  2. aaaaaaawwwwwwww
    ke monos!!
    los reales podrian aprender un poco de ellos
    pero de momento eso es como pedir peras al olmo ¬¬
    siguela pronto ke me encanto el capi
    y estoy deseando saber ke pasa aora
    bye!
    kisses!

    ResponderEliminar

Recuerda Que Con Tu Comentario,
Me Hace Querer Seguir Publicando ;)